lunes, 31 de octubre de 2011

Una típica historia del 31 de octubre. (I)


"Nada es lo que parece".


Llegué a la fiesta con ganas de bailar desde el inicio, robarme la entrada para ese baile. Con miedo un poco indeciso empecé a buscar una chica para bailar, sólo para aparentar, ya que de todas maneras me objetivo era divertirme. Había una chica linda sola en una esquina y la invité a bailar, mientras nos movíamos a ritmo de diversas canciones mi mirada buscaba incesantemente algún chico que la correspondiera.

Entre tantas rolas y miradas, vi ahí en un lugar solitario a un chico muy lindo, de tez morena, cejas grandes, labios hermosos y un cuerpo digno de sí, parecía solitario y es que desde ya hace tiempo le había echado el ojo, lo vi en la calle y lo vi en el bus, pero nunca pensé que fuese de aquellos que llamen mi atención.

Me armé de fuerza y valor, agarre una agua gaseosa, dejé a la chava linda con otro muchacho y me dispuse a hablarle, siempre en plan de amigos. Me acerqué cautelosamente, mis manos temblaban, realmente me gusta ese chico, el parecía distraído. No tenía idea de lo que le iba a decir, pero como soy experto en eso, el tema de la soledad salió a luz.

- Que onda. –le dije-.

- Hola – me contestó el, con un tono de voz que claramente lo delataba, de esos chavos que me gustan. - ¿Y por qué tan solo? – le pregunté. –

- Nada aquí, buscando con quien bailar.

- Tantas chavas linda para bailar, mira – le dije señalando con mi dedo a un grupo de chavas- creo que a un chavo como vos ninguna de ellas se resistiría.

En ese momento me puse muy chiveado, por la oscuridad de la fiesta no se notaba la manera rápida en que me sonrojé.

– Si yo sé, es que como que ninguna me llama la atención. – me contestó el - .

- Ah pues deberías de animarte, si quieres te llamo a alguna para que venga a bailar contigo.

– No, no gracias – me contestó, tirando su mirada al suelo -. – Bueno entonces, ¿Con quién te gustaría bailar? – le pregunté, más nerviosos que la primera vez.

- Con uno de aquellos que está allá mira. – me señaló a un grupo de muchachos, lindos por cierto. Claro, lo supe desde un principio, cosa que no podía creer pero ya era un hecho. – Uno de ellos es lo suficientemente lindo como para bailar conmigo.

- ¿Son tan lindos como yo? – le pregunté –

- Pues… - lo dijo mientras me miraba de pies a cabeza, mis manos temblaban, yo trataba de sonreír mis nervios eran muchos, en verdad me gusta ese muchacho. – No sé, creo que me limitaré a ver, oír y callar.

- hey tranquilo!.. ¿Acaso tienes miedo?

- No sé, creo que si tengo miedo que la gente me vea, ya estoy cansado de fingir, me gustaría tener algo serio con alguien por lo menos una vez.

- En ese caso, ya que te veo que te gustaría, ¿Te gustaría bailar conmigo? – le propuse-

- ¿Si, estás seguro? – me contestó con una pregunta, sonriente y temblando igual que yo-.

Ya sin miedo, dejé mi gaseosa a un lado, lo tomé de la mano y lo llevé a la pista de baile.

Mi hermano era el DJ de la fiesta, aunque le robé la entrada, le estaba yendo muy bien, además que es para incrementar sus ingresos haciendo lo que le gusta hacer. Ya con ese lindo muchacho comenzamos bailando música trans, de aquellas que son comunes en un Miss Universo. Mi mirada no se despegaba del él, que parecía que disfrutaba estar conmigo, tanto como yo disfrutaba estar bailando con un chico que me gusta. Por cuestiones de movimiento, nos colocamos frente al DJ – mi hermano que sabe que me gustan los chicos- . Y al ver que yo bailaba con otro chavo. La música se detuvo y comenzó a poner música un poco más lenta, tal vez con el afán de que ya no bailáramos juntos, hasta que finalmente puso una de las canciones romanticonas que más me gusta, Todo cambio _-_ Camila.

El me abrazó la cintura, yo llevé mis brazos alrededor de su cuello, y comenzamos ese lindo vals. Era claro como se notaba como ambos estábamos excitados. El momento era fascinante, yo y él ahí bailando música para dos. De una rola, se fue a otra. Otras más románticas, otras no tanto, pero el momento era el indicado. Lo vi fijamente a los ojos. Y sin pensarlos dos veces, le di un beso y el rápido me correspondió. Eso fue espectacular.

De pronto se arma un relajó en la entrada de ese antiguo cine, al parecer unos borrachos se estaban peleando, fue tanto el alboroto que el DJ paró la música, las sirenas de la policía comenzaron a sonar, el fue por su mochila, tomó su chaqueta – no me soltó la mano – y nos dirigimos fuera del salón.

Afuera en el estacionamiento, las cosas se salieron de control. Al parecer alguien rompió el vidrio de un carro de los que estaban en la fiesta, y se robó lo que había en él. El momento fue muy estresante. El chico lindo me pidió que lo fuese a dejar a su casa, no lo pensé dos veces y como se aproximaban las doce de la noche, accedí a dejarlo, de todas maneras vivimos en el mismo casco urbano. Durante la caminata, el no me soltaba la mano, esta temblando. Yo no decía nada, el tampoco.

Al fin llegamos a su casa, muy interesante por cierto, busco entre su chaqueta sus llaves y se dispuso a entrar, en eso un aire frio rozo mi piel y me la erizo rápidamente.

- ¿Tienes frío? – me preguntó –

- Si, un poco – le contesté –

- Ten, llévate mi chaqueta, yo ya estoy en mi casa. Regresa mañana desde las diez de la mañana, creo que a esa hora ya estaré despierto, me la traes y platicamos. ¿Te parece?

- Si claro, aquí mismo vendré mañana. – le contesté - .

Me puse su chaqueta, tenia si olor muy rico, nos despedimos con otro beso, pero un poco menos intenso que el primero. Entró a su casa, cerró la puerta y yo me dispuse a llegar a la mía. En el camino meditaba, cómo fue posible ese encuentro, cómo ahora llevo puesta la chaqueta de un chico que me gusta, me sonó interesante.

Llegué a mi casa, ya era la una de la madrugada, busque mis llaves y al intentar sacarlas las boté, con sueño las levanté, busque la correcta y me dispuse a entrar, muy despacio para que no escuchara nadie. Luego pasé por la sala, y tranquilamente entre a mi cuarto. Colgué la chaqueta en un lugar especial, me prepare y me recosté sobre la cama, admirando esa chaqueta tan linda, apagué la luz, deseando que llegase rápidamente el Día de Los Santos.


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Plasmando ideas en papel.