martes, 28 de junio de 2011

HOMOFÓBICOS EN LA USAC.


En honor a los que hemos sido víctimas de la homofobia en el Día del Orgullo LGBT




Un miércoles de aquellos antes de que comenzara el crudo invierno. El chavo que me gustaba y yo decidimos vernos dentro del campus central de la USAC a eso de las tres de la tarde. Luego de una serie de trámites administrativos estudiantiles y luego de un juego típico de dos chavos que se gustan, decidimos entre tantos lugares en ciudad universitaria irnos a platicar a un lugar conocido como “el cerrito”. No nos extraño ver varias parejas heteros en ese lugar, parecía incluso, como actores porno con ropa, en fin cada quien con lo suyo. Luego de platicar un rato, se acercan a nosotros, de manera prepotente y machista, dos agentes de seguridad interna de la universidad, indicándonos que nos identificáramos claro y obvio, con nuestros carnes estudiantiles, nos pidieron que sacáramos todo lo que llevábamos y nosotros seguidores de todo proceso, lo hicimos, los policías –nuevamente prepotentes y machistas- nos explicaron que en ese lugar es muy común que personas, estudiantes o no, van a drogarse o a emborracharse. Nosotros como jóvenes que no andamos por esos rumbos, comprendimos claramente el fundamento del registro, los policías hicieron los mismo con las demás parejas que habían ahí –que eran como seis de heteros- .
Ellos se fueron, pero nos observaban. Luego de platicar un rato mas y con deseos que pasara algo mas, decidí darle a él un beso, el claro como yo le gustaba, me correspondió el beso, fue tan solo un rico beso entre chavos que se gustan, y no pasaron más de cinco minutos después de ese nuestro primer beso, cuando nuevamente, de manera prepotente y machista, un agente de la seguridad interna de la USAC, llega y nos dice así literalmente: “bueno muchá que están haciendo, que no ven que son hombres, que no ven que aquí hay gente mayor, que no ven que aquí hay niños cerca”. Yo con madurez le contesté, -mire señor no comprendo cual es la razón de su enojo-, él claro todo machista me dijo, “es que eso que hacen es una falta a la moral, qué va a decir Dios de ustedes, qué van a decir sus papas de ustedes”, yo nuevamente con madurez le expongo, - realmente no comprendo la razón de su descontento, pero está bien, nos vamos de aquí-, el policía nuevamente me contesta, “ustedes no se van, vengan conmigo, los voy a llevar con mi jefe y que les anulen su matrícula por inmorales”, el chavo que me gustaba, se opuso rotundamente, por lo que el policía procedió a llamar “apoyo”, yo le dije que no y le expliqué a mi chavo que son procedimientos que debemos acatar.
Así que accedimos a ir al edificio de rectoría, en el camino le dije al policía: “dentro del ordenamiento jurídico guatemalteco no existe nada que incrimine a los que somos gays”... el policía me contesto: “si yo sé, y ese es el problema, deberían de ser perseguidos por atentar la moral, son unos desperdicios de hombres, pobre sus madres por gusto los tuvieron”. Me sentí ofendido obviamente y desde ya estábamos siendo víctimas de discriminación. Una vez entramos a rectoría, el policía le dijo a su jefe: “mire, encontré a estos dos delincuentes, ahí en el cerrito dándose de besos como si fueran pareja”… el jefe policial contestó: “miren mucha, yo se que ustedes son así pero, por que no mejor si quieren satisfacer sus necesidades, ¿por qué no se buscan un hotel o algo así? Eso atenta contra la moral, ¿saben ustedes que les pueden anular la matricula por esto?”… yo no podía creerlo, estaba siendo víctima de discriminación dentro de mi misma universidad, pero me preguntaba dentro de mí, ¿por qué a las parejas heteros que estaban haciendo más que solo besarse, el policía no les dijo nada?... Luego nos pidió nuestros carnes, les sacó una copia y anoto nuestros nombres, nos dijo: “voy a llamar a la asociación de estudiantes para que llamen al coordinador del edificio donde estudian ya si les anulen la matricula, por huecos y por inmorales”… no podía creerlo, me había llamado inmoral a mí, eso si me dolió bastante… el policía se retiró y mi chavo por poco lloraba, yo no sabía que pensar, mas que estaba siendo víctima de discriminación. El policía regreso y nos dijo: “por esta vez lo vamos a dejar así, pero la próximas que los veamos tan solo juntos platicando, ténganlo por seguro que se les anulará su matrícula”… yo salí sin decir nada y más triste que enojado.
Junto con mi chavo nos retiramos de la rectoría, mientras salíamos buscando la Avenida petapa, el chavo que tanto me gustaba me dijo: “sabes que, mejor dejémoslo ahí, no quiero tener problemas por estar con vos, me gustas, pero la gente sigue siendo homofóbica”. No sabía ni que contestarle, por que tan solo con un beso me habían tratado como la peor persona de la existencia, y además, me había quedado sin novio.
¿Merecemos ser víctimas nosotros de este tipo de discriminación?...

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Plasmando ideas en papel.

martes, 21 de junio de 2011

MIEDO


¿Qué es el miedo?

Según la Real Academia Española es, una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Según Wikipedia el miedo o temor es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado y según la medicina moderna es una respuesta natural ante una situación desconocida.


Para ti: ¿Qué es el miedo?


El miedo es una sensación extraña, que te hace reaccionar cuando te enfrentas a una situación generalmente desconocida, que perturba la realidad. Siempre ha existido predisposición al miedo que nos causan las cosas “peligrosas”: como los animales salvajes, insectos, un borracho, un delincuente etc.

Esta predisposición la obtenemos al pertenecer a cierta cultura, aunque con la experiencia podemos dejar de tenerles temor.


Por otro lado, la alteración de una situación de bienestar, también provoca mucho miedo: que te despidan del trabajo, que te deje el amor de tu vida, que muera un familiar etc. Son cosas que parecen inevitables pero estas situaciones también provocan temor.


El sentimiento seguido del miedo es la ansiedad. Una respuesta natural al producir grandes cantidades de adrenalina preparando al cuerpo ante una posible amenaza.

Tu corazón late con más fuerza para proporcionar las suficiente cantidad de glóbulos blancos al sistema en caso sean heridos y tu respiración aumenta para proporcionar oxigeno a tu corazón, evitando un paro cardiaco por el alto nivel de la actividad cardiovascular.


En otras personas aumenta su nivel de sensibilidad. Tus cinco sentidos se vuelven más alertas: los sonidos, olores y sensaciones en general, que antes eran imperceptibles, ahora las percibes con mayor intensidad, producto de esa misma sensación de alerta que provoca el miedo y la consecuente ansiedad.


Las situaciones de desequilibrio pueden provenir de ambientes externos, como subir un edificio, asistir a cierta actividad o incluso hablar con esa persona que nos gusta!... El miedo a lo que piensen otros de nosotros es un sentimiento que podemos superar mientras más nos acerquemos a la madurez.


Hay ciertos miedos o fobias que se presentan como patrones en ciertas personas y bajo ciertas condiciones, algunos parecen inimaginables.

Aquí te describo a alguno de ellos:


Acrofobia: Fobia a los insectos

Acusticofobia: Fobia a los sonidos

Aerofobia: Fobia al aire

Afefobia: Fobia a ser tocado

Aicmofobia: Fobia a los cuchillos

Bilonefobia: Fobia a las arañas

Brontofobia: Fobia a los truenos

Catagelofobia: Fobia a ser ridículo

Claustrofobia: Fobia a estar encerrado

Cocorafobia: Fobia al fracaso

Coitofobia: Fobia al coito

Fogofobia: Fobia al miedo

Gamofobia: Fobia al matrimonio

Hematofobia: Fobia a la sangre

Hipengiofobia: Fobia a la responsabilidad

Kenofobia: Fobia al vacío

Lisofobia: Fobia a la locura

Necrofobia: Fobia a los cadáveres

Odinofobia: Fobia al dolor, al sufrimiento, a las penas

Pantofobia: Fobia a todo

Peniafobia: Fobia a la pobreza

Selafobia: Fobia a los relámpagos

Teofobia: Fobia a Dios

Zoofobia: Fobia a los animales


Ahora bien… ¿Qué hacer ante una situación de miedo, ansiedad o fobia?


Antes que nada: respirar. Si, respirar: respira profundo, inhala todo el aire que puedas y exhala todo el aire luego vuelve a inhalar y vuelve a exhalar, muy despacio y por lapsos de 5 a 10 minutos. Ya calmado, puedes tomar decisiones.


Los miedos son normales. La sensación de alterar ese estado de bienestar que se alcanza es normal en cualquier persona, saberlos asumir hará la diferencia puesto que tomas mejores decisiones en situaciones de alto riesgo.


Y tú... ¿A qué le tienes miedo?



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Plasmando ideas en papel.

lunes, 13 de junio de 2011

ESCRIBIR CON LA MANO IZQUIERDA
















Aun en nuestros tiempos es común escuchar comentarios en donde se trata de denigrar a las personas por ser diferentes: desde ser mujer indígena hasta ser homosexual. Sin darse cuenta que todas estas diferencias son tan naturales como las personas que escriben con la mano izquierda.

Y es que hubo un tiempo en que los zurdos fueron considerados extraños, defectuosos y como tales fueron sometidos a tratamientos de curación para hacer de ellos “personas normales” ignorando que no existe un patrón natural a desarrollar y como seres humanos somos tan diferentes como iguales.

Una maestra de primaria explicaba que en su infancia era mal visto el escribir con la mano izquierda. Ella comenta que el rechazo fue tal que incluso le amarraban el brazo derecho en el pupitre y la forzaban a hacer las diferentes trazos, planas y cuando no lo hacía correctamente era sometida a regaños, castigos y hasta a golpes por parte de sus maestros y de sus padres.

Esa misma maestra comenta ahora que aunque se acostumbró a ser diestra la mayoría de las actividades las realiza utilizando su mano izquierda y afirma que como docente apoya a todos sus alumnos y alumnas que son zurdos, para que no pasen el martirio que ella pasó, tratando de enmendar un error que en estos tiempos es considerado como algo natural y poco probable en los seres humanos.

Y es que seas zurdo no te hace menos persona.

Hago referencia a esto ya que, así como es natural ser diestro y zurdo, la homosexualidad también lo es.
Por más que traten con “métodos de curación” enmendar lo que muchos creen que es una decisión, no son más que acciones fallidas ante una situación netamente natural.

No faltan aquellos que tratan de curarnos convenciéndonos de que con la ayuda de Dios podemos encontrar el camino correcto y sanar nuestras heridas, haciéndose ignorantes a la bendición y la misericordia que Él da a todos por igual.

Hay otros que tratan de convertirnos en algo que no somos, comparándonos con el resto asumiendo que, en el sentido de la sexualidad no puede haber variedad. Eso sería como pensar que todos estamos hechos para alguna actividad “naturalmente” definida.

Hoy quiero dejar claro que la diversidad en el ser humano es tan natural, como el mismo ser humano. Nos damos cuenta que hay diferentes razas, culturas, formas y tamaños. Una gran variedad dentro del mismo ser humano y negar la existencia de personas homosexuales es como asumir que no existen personas que escriben con la mano izquierda.

Muchos dirán que la comparación no es válida, pero si hablamos de naturaleza las comparaciones nunca terminan y el ser humano en si mismo nos sigue sorprendiendo.

Recordemos entonces que debemos de respetar y apoyar a las diferentes personas ya que tenemos los mismos derechos y obligaciones; y merecemos al igual que todos ustedes: vivir en armonía.

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Plasmando ideas en papel.

miércoles, 8 de junio de 2011

ODIO

Odio cuando me equivoco.

Odio cuando me regañan por cometer algún error.

Odio callar cuando hay que hablar y hablar cuando hay que callar.

Odio cuando las cosas van de mal en peor.

Odio no decir NO por miedo a hacer sentir mal a las personas.

Odio cuando el amor es bonito y no sé cómo expresarlo.

Odio cuando al hacer el amor me duele.

Odio escuchar una y otra vez,

a cualquier cosa que hago, eso es de mujeres.

Odio saber que no puedo ser lo que soy,

aun sabiendo yo quien soy.

Odio cuando no tengo ni para comer.

Odio cuando tengo hasta para regalarle a los que no tienen.

Odio desconocer el sentimiento de amar.

Odio escribir en lugar de leer.

Odio tener que trabajar para comer.

Odio la vida que termina en muerte.

Odio ser tan depresivo.

Odio ser bipolar.

Odio tener sueño de noche.

Odio tener miedo vivir.

Odio no saber qué camino seguir.

Odio vivir para contarlo.

Odio no saber qué es ser infiel.

Odio perder.

Odio ganar y no ser reconocido.

Odio cuando me dan una instrucción incompleta.

Odio cuando me dicen algo asumiendo que sé lo que me dicen.

Odio no llorar cuando estoy triste.

Odio el inicio y el fin.

Y aunque odie eso y más...

Amo mi vida,

porque el sentir odio y amor,

me hace sentirme plenamente vivo.

Plasmando ideas en papel.